Seamos Libres, que lo demás no importa nada.

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Acabo de terminar de escuchar a nuestra presidenta hablar por casi dos horas. Primero en el acto formal y, luego, en los tres patios repletos de militantes, sobre todo jóvenes, que fueron a «bancar» hoy al gobierno y sobre todo al paìs, en un dìa muy especial.
Cristina habló con mucha convición. Humildad a la vez que firmeza, fortaleza a la vez que simpleza para que todos los que la quieran escuchar puedan entenderla.
Cuando hace unos años nos incorporamos a la Red Latindadd nunca me imaginé hasta dónde iba a llegar la cuestión de la deuda en nuestra historia. Hace unos años, parecía que la discusión estaba «clausurada». Era una condena sin vuelta atrás.
Sin embargo, gracias a la lucha del pueblo argentino y latinoamericano, los libros volvieron a abrirse y la historia comenzó a reescribirse.
Hoy tenemos a un gobierno y a buena parte del pueblo de la Nación, decididos a no dejarnos pisotear.
Algunos nos dicen que si Argentina aceptó someterse a la jurisdicción de Griesa, ahora no le queda màs remedio que aceptar. Pero las cosas no son tan lineales. La deuda primero y los tratados y regulaciones que la rigen, no han sido asumidos en situación de libertad y soberanía. Argentina por años ha debido negociar y endeudarse con la «pistola en la cabeza», y no es una metáfora, porque la dictadura militar nos hizo perder a miles de compañeros asesinados, desaparecidos y exiliados por no «acatar» las reglas del sistema.
Tenemos que ser cuidadosos en este momento. Aquellos que no comparten muchas de las cosas que este gobierno propone, tienen que darse cuenta de que esto no puede ponerse en la misma bolsa. No se trata de una medida de gobierno más. Se está poniendo en juego REALMENTE nuestro futuro como pueblo y por muchas generaciones.
Ponerse de rodillas y aceptar el «fallo Griesa» es desconocer nuestra misma democracia y sus instituciones. Aceptar la interpretación de la Ley que hace Griesa es desconocer nuestra propia legislación y nuestras instituciones.
No podemos permitir que un juez de un país pueda decidir sobre el Gobierno de otro país. Esto es inaceptable para cualquier sociedad democrática.
Me alegro mucho de que en este momento nos esté gobernando Cristina Fernández. Desgraciadamente, si esta situación se hubiera planteado con muchos otros gobernantes que conocí en mi vida, creo que ya nos hubieran rematado al mejor postor. Y las consecuencias serían terribles, aunque, claro está, no la sufrirían todos por igual. Muchos de los que los aplaudirían, se verían, incluso, beneficiados por esos negocios.
Me pone contentos ver a todos los jóvenes que ví hoy en la Casa Rosada acompañando a la Presidenta. Creo que deberìan ser muchos más. Quisiera, en realidad, que fueran TODOS.
Lamentablemente, muchos medios de comunicación hacen lo posible y lo imposible por lograr que haya jóvenes que piensen que todas estas cosas son tonterías, que el gobierno que tenemos es malísimo y que nuestro pueblo una vergüenza.
Es muy duro luchar contra todas esas fuerzas que harán lo imposible para que estas ideas fracasen y volvamos a estar sometidos y esclavos.
Necesitamos tener más presentes a San Martín cuando nos enseñaba «Seamos Libres, que lo demás no importa nada».